En un mundo interconectado y globalizado, problemas sociales como las desigualdades, el empobrecimiento o la exclusión de grupos poblacionales, las violencias de diversos tipos y el cambio climático, entre otros, requieren de manera urgente soluciones más creativas, eficientes y sostenibles que las planteadas hasta ahora. Ante esta realidad, la innovación social se presenta como una alternativa de respuesta, desde un enfoque que supera lo inmediatista y parte de una profunda comprensión de la realidades, contextos y problemáticas que aborda, buscando cambios estructurales.
En este orden de ideas, las Ciencias Sociales y el Trabajo Social no pueden ser ajenos a incorporar la innovación social como tema fundamental en sus procesos formativos, teniendo en cuenta que las entidades Estatales, organizaciones sociales y empresas que buscan tener un impacto social requieren profesionales que no solo generen ideas innovadoras, sino que puedan desarrollarlas, evaluarlas, sistematizarlas y escalarlas para maximizar su impacto.
Por lo tanto, conocer y apropiar elementos teóricos, conceptuales, éticos y metodológicos propios de la innovación social desde la formación profesional constituye un factor diferencial para la inserción al mundo laboral, como profesionales en Trabajo Social y Ciencias Sociales, lo que se constituye en un escenario de posibilidades para la investigación, la intervención y el emprendimiento, con una mirada prospectiva frente a los retos y posibilidades del sector social.